Wednesday, December 21, 2005

Civilización

El viento sopla, frío y avecinando a la lluvia, las calles están desiertas y no hay un alma que se apiade de este cuerpo. Mis ropas son sólo harapos, sobras maltrechas de gente que duerme abrigada esta noche en sus casas. La ciudad no ofrece refugio alguno de la tormenta cada vez más cercana, prometiendo hostilidad. Puedo pensar mil razones que me han depositado hoy en este lugar, en esta marginalidad. Puedo remontarme a aquellos años en que llegaron a éstas tierras emisarios del Viejo Mundo, y cayeron sobre mis ancestros los pesares de la esclavitud., la pobreza, la tristeza... También puedo decir que mi familia no existe, que fui abandonado a mi suerte, que he debido vender mi cuerpo por un poco de comida, que tuve que robar y soporté ser robado, aún teniendo nada...O echarle la culpa a mi ignorancia, a mi analfabetismo, a mis pocas posibilidades de tener una vida...El agua cae, helada.
Soy un error del sistema, un resultado de la exclusión o una simple estadística, no importa el nombre que le pongamos al NO SER. Soy un niño, un pibe, un chico, un pequeño, sin embargono hay nadie que se digne siquiera a mirarme. Los pies mojados se me congelan por el viento, tirito. A veces, sueño con despertar y ver a una madre que me sonría y me dé los buenos días; otras, sólo con evitar el sufrimiento, la enfermedad, las miradas acusadoras. Me siento en el umbral de una casa bonita. Pienso en quién es más incivilizado, el que no fue a la escuela o el que no administra de manera igualitaria una tierra donde NADIE debería tener hambre. Comienzo a toser, me acuesto en posición fetal para tratar de calentarme. Pasa un hombre, corre a resguardarse, lo veo mirarme como a un saco de basura, como a un animal. Lloro una vez más, no tengo a nadie, no busco a nadie, no pertenezco... No comí en todo el día, hoy no hubo, por la tormenta, ningún residuo de comida rápida, ni siquiera una migaja...Empiezo a ver la luz, me desconcierto, ¿ya amanece?. Pero no, es apenas pasada la medianoche; intento ponerme de pie, imposible, algo no me deja mover el cuerpo, algo me taladra el pecho, algo me hunde en un sueño profundo. Veo, hace un tiempo, al policía disparando contra mis padres, y a mí escondido bajo la cama, mirando sus ojos vacíos, su rostro gélido...Veo a la gente que pasa sólo a mirar y deleitarse ante el morboso espectáculo, nadie hace nada por ayudarme a parar el llanto...
Veo, no veo nada, se cierne un manto oscuro sobre mí, llega mi única amiga, con su dignidad inexorable, a cosechar a uno más...Gracias, me salvas.

"Al día siguiente, se ven sólo rastros de que la tormenta ha durado toda la noche, una mujer abre la puerta de su casa y descubre con horror a un niño de unos 10 años sobre su vereda; lo patea para despertarlo y echarlo de allí, pero no tarda en darse cuenta de que está muerto... [Uno menos], piensa, y se apresura a llamar a la comisaría más cercana.
El policía baja del auto, con la bolsa de color negro en su mano derecha, y con esos ojos vacíos, ese rostro gélido, mete al niño dentro. Lo carga en el baúl mientras la señora agradece con una gran sonrisa. Veinte minutos más tarde, la bolsa negra descansa en una montaña del basurero municipal, el policía ríe mientras golpea e insulta a un joven con apariencia de ladronzuelo y la señora compra otro artículo inservible en la tienda de la esquina, a un hombre que recuerda haber visto un bulto en el umbral de la casa durante la tormenta de la madrugada..."

1 Comments:

Blogger GISOFANIA said...

atroz, che.

9:59 AM  

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